Por Juan Morales Cruz.
Mapastepec, Chiapas.- Octubre 31.- La mañana del día viernes 11 de Octubre del 2014, de forma silenciosa la muerte sorprendió al Hombre Filantrópico Don Enrique Acosta Altamirano, en su domicilio particular a los 93 años de edad en esta Ciudad de Mapastepec.
Como se recordara Don Enrique Acostas Altamirano, nació un 15 de julio de 1921 en el estado de Veracruz, cuando tenía alrededor de 12 años de edad, llego en el Ferrocarril a estas Tierras Mapanecas, trabajo fuertemente para sacar adelante a su familia y para el año de 1962 con grandes sacrificios, fundó el primer cine de estos lugares de la Costa denominado “Cine América, lugar en el que le dio cobijo a Generaciones de Estudiantes que recurrían a él para que les apoyara con una Función para las Graduaciones de diferentes Instituciones Educativas, Sociales y Políticas, dando paso a la diversión de los Matinés y películas de estreno las cuales duraban hasta por 4 días en su exhibición, lo que propiciaba que sirviera de apoyo a Organizaciones Sociales y de paso el apoyo a quienes más lo necesitaban, cerrando el ciclo del Cine América a los 52 años.
A partir de ese entonces Don enrique puso su expendio de venta de artículos de primera necesidad en su domicilio, en la que junto a su inseparable “bocho” amarillo, repartía a domicilio, pero los años poco a poco fueron mermando las fuerzas del “Tío Quique”, obligándolo a repartir su mercancía en triciclo hasta que las fuerzas flaquearon, pasando sus ultimo días en su casa al lado de su hija Graciela Acosta.
Don Enrique Acosta, fue el hombre precursor del llamado“Club de Leones”, entre otras organización Sociales de los señores de la época, Mazón por excelencia y precavido por Naturaleza, Chicharachero con la sociedad y magnánimo con sus semejantes, “Padrino” de muchas generaciones y servidor público a carta cabal. Fue nombrado “el abuelo del año” en 2007 y honrando su memoria con una calle que lleva su nombre “Enrique Acosta” la cual se encuentra al lado de la sala de espera de la Estación del Ferrocarril.
En su última despedida, sus amigos, familiares, estuvieron presentes y las oraciones de sus 6 hijos, 23 nietos y 9 bisnietos, que aún alentamos sobre la faz del planeta, que como púrpuras rosas del más encendido amor fueron depositadas en su memoria, en el altar de nuestros corazones, así como el reconocimiento sincero y la veneración que se les ha infundido a sus nietos y biznietos, quienes han sabido por labios de sus padres, que el abuelo o bisabuelo, fue un hombre de bien, un ciudadano ejemplar, en toda la extensión del vocablo; un ser humano excepcional, que supo sembrar y cosechar afectos a todo lo largo de sus 93 años de existencia.
Con estas líneas honramos su memoria, Descanse en paz Don Enrique Acosta
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