lunes, 4 de mayo de 2009
Entre protagonistas y respaldos
En Tapachula inician actos de campaña candidatos del PRI, PAN y Convergencia.
Inversión privada genera desarrollo en Tapachula: SEDECO
Clausuran en Tapachula 7 antros de vicio por violentar la ley en contingencia nacional
Prepara Salud municipal acciones preventivas contra el dengue
Desarrollan medidas preventivas contra la drogadicción y el alcoholísmo
¿Se aplazan las elecciones?
Chamanería en Unión Juárez
Unión Juárez como lugar perfecto para concentración No es necesario remontarse a los lugares de Catemaco, para darse cuenta de los supuestos poderes sobrenaturales legados al hombre, y es que en los tiempos electorales, así como en estos momentos de gran crisis económica por la que atraviesa México, la brujería toma auge en la región, donde políticos, profesionistas e inclusive religiosos recurren a los ancestrales chamanes y curanderos de Unión Juárez y de la comunidad de Santo Domingo, ambos lugares en los últimos años cuentan con centros espiritistas, también utilizados para sanaciones que mediante la herbolaria y según la fe, constituyen una alternativa cuando la medicina tradicional no logra avances para enfermedades terminales o inexplicables. Unión Juárez, es un gélido municipio ubicado a 45 minutos de Tapachula, considerado por experimentados “chamanes” como lugar perfecto para la relajación, concentración y escenario para adorar y venerar a la “Sagrada Cruz” en los primeros días del mes de mayo y es que este lugar fronterizo entre México y Guatemala era utilizado por los Mayas para venerar a sus deidades, teniendo como testigo el “Gigante Dormido”, así es denominado el volcán Tacaná, un coloso lleno de misticismo y enigmas aun no estudiados a profundidad. Este municipio, podría ser hasta hoy uno de los centros ceremoniales más representativos del país, incluso, es considerado como la capital de los chamanes de la frontera sur. ¿La chamanería cura enfermedades inexplicables? Ahí, precisamente en la Suiza Chiapaneca, narran los curanderos como José Armando Bartolón Morales de 52 años de edad, que llegan muchas personas de todos los niveles económicos e intelectuales a buscar respuestas a su vida, dice él “Llegan personas desahuciadas en busca de presuntas sanaciones milagrosas y que en nuestra fiesta de la Sagrada Cruz, dan testimonio de la efectividad de la chamanería o chimaneria” Asevera “Son testimonios sobre la cura de enfermedades extrañas o terminales que quizás se confrontan con la falta de medicamentos y personal de salud, rezago arrastrado por décadas y que aún no resuelven las autoridades en su totalidad” Y es que este curandero, pionero de la chamanería en Unión Juárez, opinó que aún persisten las carencias en las clínicas rurales, don la demanda rebasa la capacidad de servicio tanto en medicamentos como en recursos humanos, por ello muchos pobladores de distintas regiones recurren a la “Brujería” para encontrar soluciones a sus necesidades médicas, amorosas, de posibles amarres o enfermedades extrañas. En Unión Juárez y sus 22 comunidades operan más de 300 hechiceros, chamanes y curanderos "de prestigio", y algunos considerados "charlatanes", que ofertan sus servicios a turistas, políticos, comerciantes, profesionistas etc. Y que los “limpian y trabajan” con hierbas, incienso, copal, ajo, pimienta, pañuelos, guaro, veladoras, animales de corral, huevos y oraciones. ¡Ofertan amarres de buena suerte para políticos! Platica que todos demandan "trabajos" o "amarres" para salir avante en sus relaciones sentimentales, suerte para el dinero, negocios y carreras políticas. Previo y durante cada proceso electoral, local o federal, acuden para buscar amarres políticos y buena vibra para sus pre campañas y campañas políticas, explicó José Bartolón. Jorge López Romero, otro curandero procedente de Santo Domingo manifestó "Se hacen trabajos de amarre de pareja, amarre de separación, amarre de trabajo de empresas, amarres de todo tipo, inclusive políticos, es decir, hoy me voy a lanzar, soy precandidato y échame la buena vibra”. Hemos tenido asistencia de políticos y de empresarios que también buscan que se les haga trabajos negros, los cuales consisten en tapujos, vendas, amarres o maldiciones a la competencia o a los adversarios. Y dijo este municipio según la Mano Poderosa que es mi santo, avienta que el color azul será la capa que cubra el poder del hombre. San Simón o Maximón el santo de los Curanderos Las creencias en santos ancestrales de la región como san Simón un Dios maya pagano que personificó un poderoso ranchero que se dedicó al bien de los indígenas cobra vida y se ha extendido hacia el resto de la República, cuyo origen se remonta a Centroamérica. Este “milagroso” santo, no reconocido por la Iglesia Católica, es venerado con especial atención. Aun cuando se le sindica como pagano, que gusta del alcohol y el tabaco, es considerado como el bienhechor de negocios y sanador de enfermedades de imposible cura, por lo que los “brujos” se convierten en una esperanza para los enfermos o sus familiares que no dudan en acudir a los centros espiritistas, lo mismo para sanar las enfermedades como para atrapar al ser querido, liberarse de malas vibraciones o vengarse de sus enemigos. Con el reconocimiento de quienes han sido beneficiados por las cualidades de los “chimanes” o “chamanes”, brujos o curanderos, muchos de estos centros espiritistas gozan de un prestigio que es popularizado ante los presuntos logros de estas personas “iluminadas” para sus adeptos. Los brujos cuyo destino está marcado, mantienen una mística de servicio contrario a lo señalado por casos de reconocida charlatanería de gente sin escrúpulos que sólo busca obtener ingresos por estas acciones y cuyo costo es muy caro por cada “trabajo”, en comparación a los iluminados. En la región hay muchos centros espiritistas, pero en particular en la zona que rodea al Volcán Tacaná, zona de gran influencia de descendientes de los Mames, cuya posesión de estos atributos es del dominio público tanto en el lado mexicano como guatemalteco; sin embargo en Santo Domingo, comunidad más de Unión Juárez, según los lugareños existen por lo menos 300 personas con esas cualidades. Aun persiste el miedo y rechazo a los curanderos Rechazados por las distintas religiones que existen, los brujos no son aceptados en forma abierta por la sociedad, pero la mayoría acude cotidianamente a darse desde las tradicionales limpias hasta la sanación de enfermedades no conocidas por la medicina. Las medicinas con las que sanan no son más que las palabras, los rituales, hierbas, productos naturales y candelas. Los centros espiritistas no son contrarios a la religión, dicen, sino que utilizan la energía divina para la sanación a través de sus armas de sanar: imposiciones de manos, miradas, palabras, mucha fe y trabajos especiales. Raymundo Baltasar Maldonado fue considerado por décadas como el “brujo mayor”, un hombre de campo que fue religioso y que hoy se le recuerda en muchos hogares. Este brujo, también conocido en su momento como “El Gallero” brujo, hechicero, curandero, chiman por el don que le fue concedido ayudó siempre a las personas. En su centro espiritista destacan las imágenes de santos, de la santa muerte y en particular una imagen de piedra de origen maya, que ha pasado de mano en mano de aquellos que han sido elegidos para curar. La marcada creencia en la brujería por parte de las personas de la región se suma a la carencia de infraestructura médica y la falta de responsabilidad de algunos trabajadores de la salud, pero sobre todo a los bajos salarios y prestaciones que existen. Los males sanados van desde algún aire que toman en las calles, dolores del cuerpo y toda clase de enfermedad sobrenatural, algunas muy difíciles en que hay posesión del cuerpo por parte de espíritus malignos que son retirados, hasta enfermedades normales de la región. Algunos médicos, pastores evangélicos y sacerdotes católicos no aceptan esta actividad como normal y en términos generales rechazan a las personas que realizan estos actos. Los verdaderos chamanes señalan que generalmente no cobran por los trabajos y la gente los apoya con lo que puede, aunque tampoco dicen ser filántropos