Agencia Poderes
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- Chiapas es considerado a nivel nacional como un estado sísmicamente activo, es por ello que resulta indispensable estudiar ese comportamiento y conocer las amplificaciones de las ondas en los diferentes suelos de la capital, a fin de determinar el grado de vulnerabilidad ante la amenaza sísmica que tendrán las construcciones, como requisito indispensable para la mitigación y prevención de riesgos es por esta razón que el Sistema Estatal de Protección Civil continua llevando a cabo el estudio de microzonificación sísmica en Chiapas.
A través de estos estudios se puede entender el comportamiento del subsuelo durante un movimiento sísmico y conocer las repercusiones en las estructuras o edificios ubicados dentro de esta misma área.
Los aspectos más significativos a considerar en los estudios de microzonificación son los siguientes: Propiedades geotécnicas de los suelos, espesor, densidad, velocidad de ondas transversales, módulo de rigidez, resistencia, profundidad del nivel freático, Susceptibilidad frente a la licuefacción, deslizamiento y roturas superficiales por fallas, Susceptibilidad de laderas de sufrir procesos de remoción, Condiciones topográficas que puedan amplificar la respuesta sísmica, Peligrosidad frente a tsunamis en zonas costeras.
La actividad sísmica que se genera en Chiapas es derivado de la interacción de tres placas tectónicas, la placa de Cocos subduciendose bajo la placa de norteamericana y el fallamiento lateral izquierdo de la placa norteamericana respecto a la Placa del Caribe.
Las diversas fuentes han generado sismos muy importantes históricamente en la República Mexicana, el estado de Chiapas ha sido sufrido la presencia de por lo menos diez sismos con magnitud mayor a 7 durante el siglo pasado, un promedio de uno cada diez años.
A través de un análisis orográfico, hoy se sabe que el relieve del territorio municipal es heterogéneo, debido a la presencia de valles, los cuales están rodeados por otros tipos de relieve como: colinas, lomeríos y montañas.
A mediados del siglo XIX ya se conocía que el movimiento sísmico no se producía de forma igual en todas las zonas del terreno. Ya entonces se habían observado que en algunas áreas se producían concentraciones de daños mayores que en otras zonas circundantes. El origen de esta concentración se debe a fenómenos de amplificación y periodo fundamental del movimiento del suelo, que aumenta tanto la aceleración, como la velocidad y el desplazamiento de la superficie de éste en puntos concretos del terreno. Esta amplificación puede deberse a diferentes fenómenos asociados a la naturaleza, composición y morfología de las capas superficiales de suelo. Al conjunto de estos fenómenos es lo que se conoce como “efectos locales”, “efecto local”, “respuesta local” o “efectos del sitio”.
Los estudios de microzonificación para la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, continuaron en los años 2004, 2005 y 2006, con los trabajos desarrollados por la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) y la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH).
Para el estudio de microzonificación se realizaron registros de vibraciones en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez con el objetivo de determinar el periodo fundamental de vibración del suelo como también las amplitudes relativas asociadas.
Con la información que se obtuvo al levantar 2,500 encuestas seleccionadas al azar por inferencia estadística de las distintas estructuras que existen en la ciudad se encontró, que en ella existe una gran gama de materiales con los que están construidas, desde los materiales tradicionales hasta los más modernos dentro de los que destacan, adobe, bajareque, concreto, ladrillo de barro, tabique, madera y piedra.
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