viernes, 14 de septiembre de 2012

En Chiapas reportan desnutrición materna en un 71 por ciento por comida chatarra


Milenio

México.- Luego de trabajar con 25 parteras de ocho comunidades de la Selva Lacandona, la agrónoma Patricia Guadalupe Velazco, perteneciente a la sociedad civil Cupa Sijminu, detectó que el problema de desnutrición de las mujeres embarazadas o lactantes obedecía a que optaron por destinar parte de los recursos obtenidos de Oportunidades a comida chatarra, como sopas instantáneas y refrescos, y que dejaron de lado los productos de la tierra.

En sus localidades crecen hierbas, árboles frutales y vegetales. “Una de las explicaciones que me daban es que los pesticidas usados contaminan estas especies y por ello optaron por adquirir productos con muy baja calidad nutricional, que además son rápidos de preparar y baratos”, explicó la agrónoma.

Investigación

De acuerdo con cifras del INEGI, en Chiapas se presenta una desnutrición materna de 71.6%, dato por el que Velazco decidió estudiar, junto con cuatro colegas, los resultados de modificar hábitos alimenticios en mujeres gestantes y puerperas.

En esa entidad —octavo lugar en fecundidad a escala nacional— desde que las mujeres tienen 13 años empiezan a tener hijos, con un promedio de 11 cada una. A ello se suma tasas importantes de mortalidad materna.

Las mujeres de la Selva Lacandona al llegar a los 30 años presentan graves cuadros de desnutrición y de anemia, pierden las piezas dentales, tiende a sufrir cansancio extremo, representan el doble de edad y desarrollan enfermedades crónicas que, según Velazco, no sufrían sus ancestros.

Por ello, junto con las parteras que cuidan a las embarazadas, se dieron a la tarea de identificar los alimentos que deben consumir y que además pueden cosechar en sus traspatios o milpas sin generarles costos.

“Las mujeres de la Selva Lacandona tienen verduras nativas, hortalizas y plantas medicinales con un alto valor nutricional, entre éstas la chaya y el chayote, así como una semilla que llamamos mostaza —un producto similar a la coliflor blanca—, además de rábanos, cilantros y la famosa yerba santa que es medicinal. Son de una gran riqueza nutricional y curativa”, explicó.

“Todo esto las mujeres embarazadas pueden ellas mismas cultivarlo en su traspatio; sin embargo, por la forma en la que constantemente migran sus esposos, dejaron de tener contacto con estas especies”, abundó Velazco, que por su proyecto de investigación fue galardonada con una beca por el Instituto de Nutrición y Salud Kellogg’s.

El título de la investigación es “Dieta nutritiva para mujeres gestantes y puerperas, usando los recursos del traspatio o solar, experiencias de parteras tradicionales de ocho localidades en la Selva Lacandona”. Con el apoyo económico, comentó, trabajará con las parteras tradicionales de la tercera edad para que instruyan a las mujeres qué deben de comer para evitar la desnutrición que impera en la zona.

Cambio de hábitos

La especialista comentó que desde 2010 trabaja con estas comadronas, inclusive en zonas donde se ubican militantes del EZLN, a través de talleres destinados a encontrar la alimentación que debe de predominar en el campo, la cual es muy diferente a la de las ciudades.

“La influencia se da porque las distancias se han acortado, por eso constantemente van a las zonas turísticas donde han adoptado costumbres modernas, sumado a ello, que los programas sociales ofrecen las mismas medidas de alimentación que las que utilizan en las grandes ciudades”, comentó Velazco.

La mala alimentación también tiene un impacto en los infantes. La Encuesta Nacional Salud y Nutrición 2006 demostró que del total de niños preescolares evaluados en Chiapas por tipo de localidad, un tercio de los que habitan en zonas rurales tiene baja talla o desmedro; mientras que en las zonas urbanas esta cifra es de 23.4 por ciento.

“Un error que cometen es que prefieren vender los huevos de rancho, que son más nutricionales, que los comercializados por las grandes empresas. Antes de que subiera su precio, las comunidades vendían cada pieza a tres pesos y con ese dinero adquirían tres huevos blancos”, ejemplificó la agrónoma.

Las comunidades en las que aplicarán el proyecto de crear traspatios con alimento tradicional pertenecen a los municipios de Palenque, Chilón y Ocosingo. “Ojalá este proyecto se pueda replicar en otras zonas indígenas marginales de otros estados, donde también se desplazó a los alimentos de la tierra por los comerciales”, concluyó Velazco.

Claves
Otras premiadas

► La premiación del Instituto de Nutrición y Salud Kellog’s también benefició a Irene Mendoza, del IPN, por un estudio sobre los genes que controlan la percepción del gusto y su relación con la obesidad.
► Olga Patricia García, de la Universidad Autónoma de Querétaro, fue reconocida por investigar cómo la suplementación con vitaminas y minerales reduce la deposición de grasa en niños obesos.
► Finalmente, Luz María Tejada, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, fue galardonada por su investigación sobre factores sociales y culturales determinantes en la obesidad.
► Los reconocimientos fueron entregados el miércoles 12 de septiembre y los apoyos económicos suman un millón de pesos entre las cuatro galardonadas.

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