Agencia NTC
Chiapas.- El arzobispo emérito de Acapulco Guerrero, Felipe Aguirre Franco consideró que el Monumento al Cristo de Chiapas erigido en Copoya, debe convertirse en un elemento sustantivo para despertar el interés y la opción por la escucha de Jesucristo.
Expresó que la idea de esa edificación surgió por el Papa Juan Pablo II, en la proximidad del año 2000.
"Él deseaba que consagráramos a Jesucristo toda la vida de la iglesia, del estado y del mundo. Queríamos hacer un monumento conmemorativo en el picacho del Cerro Mactumactzá, no en el sitio actual", acotó.
En entrevista señaló que por desgracia en el lugar donde se proponía la construcción hicieron un "bosque de antenas".
"Sin duda que en el picacho del cerro Mactumactzá hubiera tenido mayor trascendencia por su entorno, ya que está más cerca de Tuxtla Gutiérrez. Es el monumento más alto del mundo, su basamento tiene 64 metros de altura, estructura que será bendecida el 25 de abril por el nuncio apostólico Christophe Pierre", abundó.
Aguirre Franco quien decidió vivir en la capital del estado tras retirarse de su labor pastoral, afirmó que se trata de que Cristo esté en el centro de la vida con una evangelización que cale hasta lo más profundo del ser humano.
El exobispo de la Diócesis de Tuxtla, subrayó que el Cristo pretende ser un impulso para la escucha de la palabra, envía un importante mensaje y hace un llamado a los bautizados para que sigan al hijo de Dios.
"Debemos entender que ese Cristo de brazos abiertos, de la resurrección, nos dice a todos que anunciemos su evangelio a todos los hombres para que sean bautizados en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo", concluyó.
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