Ciudad de México.- 27 NOV.- En la presentación de un decálogo para mejorar la seguridad, la justicia y el Estado de Derecho en México, el presidente Enrique Peña Nieto hizo suyo el grito popular de “Todos somos Ayotzinapa”, porque pone de evidencia el estremecimiento nacional ante la crueldad y la barbarie; demuestra el dolor colectivo y es además ejemplo “de que somos una nación que se une y se solidariza en momentos de dificultad”.
Es también un llamado a seguir transformando a México, pues “como sociedad debemos tener la capacidad de encauzar nuestro dolor e indignación hacia propósitos constructivos”, afirmó el mandatario.
Frente a gobernadores, líderes políticos y del Congreso, empresarios, académicos y representantes de organizaciones civiles, planteó: “tenemos que seguir avanzando juntos para superar la pobreza, la marginación y la desigualdad que lastiman, especialmente al Sur del país”.
Caminar hacia un mejor México –añadió Peña Nieto- no ha sido ni será fácil; exige esfuerzo y perseverancia. Y también admitió: “seguirán existiendo obstáculos y resistencias, pero la fuerza y la voluntad de cambio de los mexicanos siempre podrán superarlos”.
En el Patio Central de Palacio Nacional, en un mensaje de 36 minutos, el jefe del Ejecutivo abrió y cerró con referencias a los hechos de Iguala ocurridos el 26 de septiembre pasado.
Centró su acusación en las autoridades y policías municipales que cometieron esos hechos al estar al servicio de la delincuencia organizada. Los definió como actos inhumanos y de barbarie que “nos han indignado y agraviado profundamente”.
Como resultado de las investigaciones a cargo de la PGR, reiteró que a la fecha se han detenido y puesto a disposición de la justicia a 79 probables responsables y señaló que en un “hecho inédito” el gobierno de la República pidió la asistencia técnica de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para “localizar a los normalistas e investigar los hechos”.
Compartió su “dolor, angustia e incertidumbre” con los padres de familia y como ciudadano “comparto también la exigencia de justicia de la sociedad entera. No pueden quedar impunes estos actos de barbarie”.
Peña Nieto fue insistente: a raíz de la tragedia de Iguala, México está nuevamente a prueba. Y demandó no caer en el pesimismo.
“el dolor que siente el país tampoco es justificación para recurrir a la violencia o al vandalismo. No se puede exigir justicia violando de la ley”.
Aseguró también que la sociedad ha alzado la voz para decir “Ya basta” y reivindicó la presencia en las calles de México y distintas partes del mundo de miles de personas. “Las expresiones de solidaridad con los estudiantes de Ayotzinapa: de artistas, intelectuales y deportistas, las miles de inconformidades difundidas en redes sociales, así como las opiniones de articulistas y columnistas, todas coinciden en un punto fundamental: que el país no puede seguir así
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