Agencia Poderes&Azmedios
San Cristóbal de las Casas, Chiapas.- 29 JUN.- El obispo de esta ciudad, Felipe Arizmendi Esquivel afirmó que poco que hacen las autoridades para controlar la venta clandestina de alcohol en varios municipios de la región de Los Altos.
Debido a ello, dijo, la diócesis de la localidad se encuentra muy preocupada por el sufrimiento que ocasiona a numerosas familias el exceso del consumo de bebidas embriagantes en la mayoría de los municipios de la zona.
Prueba de ello, agregó, es que por doquier se abren nuevas cantinas, la mayoría clandestinas porque son toleradas debido a la corrupción que existe en todas las instancias de gobierno.
Arizmendi Esquivel en su mensaje de fin de semana indicó que desde hace tiempo la diócesis a su cargo lucha por educar a las comunidades, para que tomen conciencia del daño que causa la embriaguez, no sólo a los consumidores, sino a toda la familia, con graves repercusiones para los hijos.
El dinero, añadió, no alcanza para nada, sino sólo para comprar más botellas. Consideró que el alcoholismo aumenta la violencia familiar, pues un esposo alcoholizado no se controla y quiere compensar sus graves complejos de inferioridad a base de gritos y golpes por doquier.
Para combatir este mal, en las parroquias de la Diócesis se están llevando a cabo acciones para generar conciencia sobre esta enfermedad del alcoholismo e insistimos a las esposas y a los hijos que aunque quizá no lo merezca un padre alcohólico, la única forma de que cambie es dándole cariño, respeto y atención.
Felipe Arizmendi dijo que cuando alguien está tomado sólo hay que tener paciencia y fortaleza, sin provocarlo más, para que no se desquite con la violencia.
A pesar de que hemos hecho peregrinaciones y hemos entregado a las autoridades estatales de salud más de 95 mil firmas, pidiéndoles que controlen más este asunto, casi nada hemos logrado, expuso el prelado.
No obstante, se abren cantinas y expendios de cervezas dentro de los límites que no permite la misma ley de salud, las que no se pueden establecer sino más allá de 250 metros de iglesias, escuelas y hospitales, lo que no se cumple y a veces ni en las celebraciones religiosas de los pueblos y barrios, pues algunas juntas se coluden con las grandes empresas de esos giros.
Dijo que insistirá para las autoridades no se vendan, sino que apliquen la ley; y que no se dejen corromper dando permisos por todas partes, pues con ello se hacen enemigos del pueblo al que dicen servir.
Por otra parte, el Consejo Pastoral Diocesano expresó su solidaridad con el párroco de Simojovel, Marcelo Pérez Pérez, quien ha recibido amenazas por acompañar a los católicos en su exigencia de que sean cerradas cantinas, prostíbulos y otros centros de vicio en ese lugar.
El sacerdote Pérez Pérez denunció en días pasados que se incrementaron las amenazas en su contra después de las peregrinaciones realizadas por los católicos para exigir el cierre de cantinas, bares, centros de prostitución y otros sitios que promueven los vicios en Simojovel, situado en el norte de Chiapas.
Arizmendi se solidariza con su labor pastoral al servicio del pueblo, desde la palabra de Dios con las peregrinaciones, con la oración y la reflexión, que por un lado denuncia la corrupción, el daño, la enfermedad y la muerte que provocan el alcohol, la droga y las cantinas en donde se da la prostitución de las y los jóvenes, y que por otro lado anuncia la buena nueva del Señor Jesús que busca la justicia y la verdad para encontrar la paz”, expresó.
En una carta dirigida al Concejo Parroquial y al pueblo creyente de Dios de Simojovel, agregó: “Estamos enterados de la lucha que libran, desde la palabra de Dios, como parroquia y pueblo creyente, en contra de la venta y consumo de bebidas alcohólicas, la droga, la prostitución, la violencia contra las mujeres, la falta de agua en la cabecera municipal.
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