sábado, 4 de abril de 2009
COCINA AFRODISIACA
Venganza al estilo “juche”
Es cierto, la selección mexicana es un desastre, pero usted debe de entender que, esos pobres futbolistas no tienen la culpa de salir al show y hacerse fuera de la bacinica. Y es que basta con ver el cuerpo de los rivales para saber que, sino es con inteligencia y destreza, de todas formas se va imponer siempre la ley del fuerte, del más grande. Eso sucedió en el partido con los catrachos, quienes viven en un país reprimido pero tienen más orgullo que el mexicano por sacar exitosa la casta.
Sin apasionamientos quiero que ustedes, que son a quienes les
encanta el fútbol analicen todos los detalles: véales el cuerpo y descubra que no son deportistas de corazón, sino muchachos con mala alimentación y que de paso, después de cada partido, la cerveza y los tacos, son el complemento de la cultura de nuestros deportistas que además de ser chaparros, les falta espíritu de supervivencia.
Y es que nuestros deportistas son salidos de los cinturones de miseria en donde nunca tuvieron nada en exceso, así que al convertirse en miembros de la selección, “sus dueños” o la empresa les hace creer que ellos son vedette’s, artistas y, con el dinero que ganan, que es mucho, no les queda otra más que disfrutar la vida y vivir como lo que son, unos muchachos con suerte. Dicho más simple, les sucede lo que a las criadas cuando se casan con el patrón, se confían y creen que con la pose, ya son unos ganadores; muy rápido se les olvida que tienen que tener coraje para seguir manteniendo todos los privilegios que ahora gozan.
Pero es parte del show mexicano, ellos hacen como que juegan, el aficionado hace como que de verdad es muy mexicano y si pierden o ganan de todas formas el sentimiento de la celebración se da con harta cerveza. Al final todos consiguen su objetivo; la televisión mantuvo a millones de humanos enajenados y paralizados ante el televisor y las cervezas alcanzaron sus cuotas u objetivos. Luego llega el consuelo a través de la misma televisión y en menos de una semana el mexicano va otra vez, nuevamente confía en su selección y se emociona, tienen fe pero sí pierden no pasa nada, la cosa es tener show…
Pero mi fuerte en materia no es el fútbol sino la comida y todo lo que se relaciona con ella, solo debo terminar diciendo que, aquel que hace mucho deporte, si en la cancha no es bueno, al menos en la cama debe ser un tigre. Así que, si usted está casada o mantiene amoríos con un deportista y éste se comporta con usted como cualquier mortal, quiere decir que a usted solo le está dando una parte proporcional o la miseria, porque el resto lo reparte con otras que a escondidas se burlan de usted.
Tengo un lector que todos los días corre diez kilómetros por las mañanas, llega a casa y se toma un jugo de zanahoria con chaya y otras hojas más que según él dan potencia sexual, desayuna fruta y se marcha a trabajar. Cuando vuelve su alimentación es muy controlada; carne asada, verduras al vapor, sopa de alguna hierba exótica y agua natural; duerme treinta minutos de siesta y por la tarde acude a un lugar en donde juega basket bol por espacio de una hora y treinta minutos.
Tiene mi amigo un cuerpazo que el resto de mujeres supone que su esposa disfruta de un tremendo banquete en la cama todas las noches, pero están equivocadas, porque según él desde hace veinticinco años cuando se casó con su esposa y que tuvo la suerte como hasta hoy de ser el único hombre para su mujer, él la ha domesticado muy bien en el terreno marital; hombre al fin mañoso, maneja a su esposa como mejor le conviene, y la esposa como poco o nada sabe del rendimiento del hombre que, no le queda otra más que conformarse con lo que recibe.
Espero que a este amigo no le vaya a suceder lo de un compadre que tenía en Juchitán, quien creyéndose una verdadera pieza de colección, perdió de vista que su mujer, hembra al fin temperamental que tenía como lema “No me hagas lo que no quieres que yo te haga a ti”, cuando se enteró que su marido inventaba pleitos, discusiones y otras polémicas para evitar tener sexo con ella, que la esposa no hizo nada por enfrentarlo cuando descubrió sus juegos, al contrario, recordó que en la secundaria tuvo un amigo que siempre estuvo enamorado de ella, es más, que se había quedado soltero para esperarla que, lo tomó para vengarse.
En efecto este compadre que era cabrón como muchos hombres que están casados con mujeres buenas, hogareñas y que están dispuestas a dar su vida por mantener el hogar en pie, creyó que la esposa nunca se enteraría que tenía que ver con otras mujeres más, así que, cuando éste llegaba agotado sexualmente y la esposa lo esperaba con cena, velas y una sugerente cita en el lecho que, éste de inmediato se hacía el enojado, cambiaba el tema y sí podía la humillaba, golpeaba la mesa, se transformaba en un energúmeno, se violentaba y sacaba a la luz algún problema anterior para achicopalar a la esposa y dejarla como una mujer que solo pensaba en el sexo, cuando la verdad era otra…
Así vivieron varios años hasta que la esposa contrató a varios espías para seguir de cerca al marido y entender el porqué de su comportamiento extraño con ella cuando todo marchaba bien. Así que, cada vez que se enteraba que el esposo se introducía con su aventura a un hotel, llevaba a alguna muchachita al río o por algún sitio en donde se pudieran hacer cosas sabrosas, que mi comadre organizaba todo para sugerirle al esposo que esa noche ella deseaba y, como consecuencia, el marido se enfermaba de inmediato o convertía cualquier detalle en una discusión para irse a la cama sabiendo que la esposa no lo molestaría pidiéndole sexo.
Fue así como la esposa de mi compadre descubrió que el esposo solo podía con una hembrita al día, pues mi comadrita era tan inocente que tenía la idea equivocada de que el hombre podía hacer sexo todo el día y que el miembro solo con ordenarle, como a cualquier parte del cuerpo, éste simplemente actuaba como autómata y se volvía rígido hasta acabar con las ganas de la mujer.
La venganza fue extraordinaria y todo el pueblo ovacionó la acción de la mujer, ya ve usted que allá en ese pueblo llamado Juchitán, es la mujer quien se hace valer por sí misma y no acepta que ningún macho la doblegue y menos que la humille, así que la esposa de mi compadre trazó sus planes como lo hubiera hecho Maquiavelo, movió las piezas del ajedrez y como por arte de magia, apareció aquel compañero de la secundaria que ahora tenía treinta años más, dispuesto a lo que fuera pero menos a ver sufrir a la mujer de sus sueños, así que la comadre comenzó primero tomándolo como confidente de sus desgracias y decepción marital.
Y el señor, que era un caballero no se aprovechó de ella sino que esperó y con el permiso de la comadre para cortejarla hasta hacerla suya. Claro que la mujer, inteligente como todas, no usó un hotel ni su propia casa para verse con su amante, sino que aceptó el apoyo de una amiga quien la recibía en su casa cuando llegaba su enamorado; ahí romanceaban y sí deseaban algo más, había un habitación lista con un catre en donde se despojaba de la enagua, los refajos y el huipil, quedándose solamente con las gruesas cadenas y torzales ribeteadas con monedas oro macizo, para no quedarse totalmente desnuda.
Pero ya ve usted que el dinero, lo pendejo y el amor no se pueden ocultar, así que el esposo, mi compadre, tuvo el presentimiento de que la felicidad de su esposa no era por él, pues éste sabía de lo que era capaz de conseguir que, supuso que alguien le andaba rondando la casa, así que se dedicó a investigar y como la historia es real, nadie se tentó el corazón para decirle que no tenía calidad moral para exigirle a su esposa decencia, cuando él le había sido infiel por más de veinte años, así que cuando se enfrentó con la esposa, ella simplemente y sin agachar la cabeza asumió su responsabilidad con valentía, como son las juches.
A estas alturas de la vida, la esposa, dolida y aporreada sentimentalmente por el esposo, no midió el terreno y sin darse cuenta, se enamoró de aquel compañero de la secundaria que se había quedado soltero en su honor, así que el final para usted tal vez sea terrible porque ha de pensar en los hijos, pero los hijos apoyaron a la madre, así que tres meses después un juez estaba dando el dictamen del divorcio y poco tiempo después la comadre se unía por amor pero no firmaba ningún documento porque aprendió que los animales civilizados no se casan nunca, simplemente se aparean, se predican amor todos los días y ya, sabiendo de antemano que, nada es para siempre.
Tal vez no esté de acuerdo en que una mujer debe tomar venganza con sus propias manos, tal vez usted todavía crea que es la mujer quien debe seguir pagando el precio de la honra aunque ella viva toda su vida deshonrada, humillada y bajo los pies de un perfecto cabrón que no la valora.
Para comentarios escríbeme a
morancarlos.escobar@gmail.com
afrodisiacacocina@yahoo.com.mx
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario