Equidad

La política en tacones Pilar Ramírez A principios de este mes de febrero, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal otorgó a uno de sus capacitadores la primera licencia por paternidad con goce de sueldo, con duración de diez días hábiles, como parte de su programa de equidad de género. Iniciativa alentadora porque obliga al resto de las dependencias tanto federales como estatales a ponerse al día para que la equidad no quede en discurso. La prestación está pensada para que los padres se involucren en el cuidado y responsabilidad de los hijos, y afianzar de ese modo los lazos afectivos. Para que realmente se pueda esperar una respuesta social, resultaría necesario que la medida se incluya en los contratos colectivos y no estaría de más que fuese considerada dentro de la Ley Federal del Trabajo, con ello se evitará también que los vientos de equidad que ahora corren sean sólo una moda. No faltará el abusivo que llegue a su casa con los amigos y le diga a su mujer “Reinita, ya vine con mis cuates a festejar el nacimiento del niño, a ver qué nos puedes ofrecer”, por lo que además de las medidas legales, es preciso desplegar campañas de difusión certeras e imaginativas que inclinen la balanza hacia actitudes más equitativas; paulatinamente habrá mayor aceptación social para la redefinición de los roles familiares. Como siempre, los medios tienen un papel protagónico para propiciar la adopción de modelos y a ellos los debe alcanzar también la impostergable idea de equidad. Quizá de este modo veamos que la programación que se relaciona con el cuidado de los hijos y los temas del hogar en general deje de ser exclusiva para mujeres. Sería preciso que la publicidad abandone ciertos estereotipos que resultan determinantes en la asignación de tareas; así, los productos para bebés, niños, preparación de alimentos y enseres domésticos no tendrían que estar dirigidos sólo al sector femenino. “Tan suave como el amor de mamá” dice un anuncio de suavizante de telas, al que le falta agregar: “y tan resistente como su espalda, por eso le dejamos la tarea de lavar toda la ropa que ensuciamos”. Hace pocos días la directora del Instituto Veracruzano de las Mujeres, Martha Mendoza Parissi, señaló que el 40 por ciento de las madres veracruzanas son solteras y 26 por ciento de los hogares están a cargo de mujeres. Hay que revisar los datos para comenzar a derribar los clichés. Los programas femeninos y la publicidad trabajan sobre el supuesto de que la mayoría de las mujeres son amas de casa, que se ocupan exclusivamente del hogar, lo cual está dejando de ser cierto. No hay cambios menores para lograr la equidad, así que también sería muy conveniente que en las escuelas, las maestras no se refieran exclusivamente a las madres para tratar asuntos relacionados con los hijos, que se aliente más la participación de los padres en las juntas y en las clases abiertas. Que se termine con la práctica de hacer festivales para el Día de las Madres que duran un siglo y donde nos tenemos que empujar los bailables de los ochenta grupos de la escuela para ver bailar dos minutos a nuestro vástago, mientras que el festejo del Día del Padre es muy corto en atención al tiempo de trabajo de los papás. Yo voy a los famosos festivales más por la salud mental de mis hijos que por la emoción que me causa verlos cantar por enésima vez, con voz desafinada, “Rodolfo el Reno” o “Señora”. Entiendo que la maternidad tiene sus sacrificios, ¿pero ver a cientos de miniartistas amateurs que yo no engendré? ¡No, por favor¡ Los entornos también deben corresponder al impulso de la equidad; sería excelente ver en los lugares públicos más sanitarios de hombres acondicionados con el cambiador de pañales para bebé y la silla para que el susodicho espere a su progenitor. Una última cosa: las mujeres deben desterrar para siempre el calificativo de mandilón cuando pretendan ofender a un hombre, porque eso, como las brujerías, siempre se revierte. Se aceptan más sugerencias. Tacón alto: El foro “Mujeres trabajadoras de los medios de comunicación” se llevará a cabo el próximo viernes 7 de marzo, a las 10:30 horas en el Ágora de la Ciudad de Xalapa. Participan la diputada Dalia Pérez; la directora del Instituto Veracruzano de las Mujeres, Martha Mendoza Parissi; la periodista e investigadora Gabriela Warkentin de la Mora; la comunicóloga Zubenelgenubí Aznar; la comunicóloga Alma Delia González Robledo y la autora de esta columna. Lleguen temprano para que aparten lugar, porque estará de primera. ramirez.pilar@gmail.com