 Por Rosalino Ortiz
CAMINOS EQUIVOCADOS
La madrugada del pasado viernes la población de El Porvenir, en la Sierra del estado de Chiapas, fue “sede” de un hecho que a todas luces se salió de lo prudente y que se convirtió en un suceso que es penado por la ley: gente hasta el momento desconocida,  penetró a las oficinas de la agencia comercial de Comisión Federal de Electricidad y le prendió fuego, quemándose todo lo que había en su interior.
 Los responsables dejaron leyendas inscritas en las paredes y de acuerdo a ese sentir, todo hace suponer que quienes realizaron ese ataque fueron integrantes del Frente Regional de Resistencia contra las Privatizaciones, que siempre han mostrado su rechazo a distintas acciones del gobierno estatal y federal, o simplemente se trata de gente inconforme y que no está de acuerdo con la actuación de la paraestatal.
 Habría que ir paso por paso. Si bien es cierto que la gente -en este caso los usuarios- tiene todo el derecho de manifestarse contra la CFE, también hay que reconocer que para eso hay vías adecuadas o correctas, y no caer en actos vandálicos que sólo demuestran anarquía y lo que es peor, que han caído en un delito penado por el Código Penal, y que puede llevar a la cárcel a los responsables.
 El asunto de las tarifas ha sido el foco de las inconformidades o de las discusiones. Muchas personas creen que les cobran caro o que sus recibos llegan a sus hogares demasiado elevados. Puede ser, pero también habría que “desmenuzar” o reflexionar sobre qué es lo que sucede, ya que la CFE (y eso lo saben todos) no se manda sola, ya que cobra de acuerdo con las tarifas que tiene establecidas la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Ahora bien, hay que tomar en consideración que la facturas son emitidas de acuerdo a lo que consume cada usuario. Es decir, a mayor consumo, mayor cantidad a pagar. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que los programas de subsidio sólo protegen principalmente a quienes menos tienen, es decir, a los que consumen menos. El que consume más (o de más) es porque tiene recursos, tiene solvencia y eso mismo hace que pueda pagar sus recibos sin chistar.
Pero hay otro asunto en el que hay que reparar: el desperdicio o uso irracional del fluido eléctrico. Efectivamente, un alto porcentaje de consumidores desperdicia demasiado la energía eléctrica, y eso hace que se eleve su consumo y por consecuencia, tiene qué pagar más de lo que debería de ser. Cuántas casas tienen focos para iluminar el frente de las mismas, y resulta que son ya las 9:00 de la mañana o más, y todavía no apagan esos focos. Y eso es para citar un solo caso.
Asimismo, es normal que los aparatos de entretenimiento como son la televisión, el radio o el modular, los tienen encendidos y sin que alguna persona esté viéndolo o escuchándolo. Por eso, desde hace tiempo se echaron a andar programas de orientación y pláticas sobre cómo se puede y debe ahorrar energía eléctrica en los hogares, precisamente para que el usuario no consuma de más y que ese ahorro se vea reflejado en sus recibos.
Luego entonces, queda claro que no todo es culpa de la empresa en cuanto a los recibos demasiado elevados, sino muchas veces el propio usuario cae en manejos equivocados o inconvenientes por hacer mal uso del fluido eléctrico o por no entrar al hábito del ahorro de la energía en cada uno de sus hogares, y que cada familia lo debería de practicar o poner en marcha.
También es justo reconocer que a veces, una mala lectura del medidor, o una instalación que presenta fugas (fugas que no se ven), puede ser motivo de alteraciones o elevaciones en los costos de los recibos. Sin embargo, en estos casos, lo prudente es que el usuario se acerque a las oficinas de la CFE para solicitar una aclaración. Cuántos han sido los casos en que las instalaciones, por viejas u obsoletas, presentan fugas y el usuario ni se da por enterado.
En cuanto a los hechos vandálicos registrados el jueves en El Porvenir, a todas luces es punible y seguramente por eso las autoridades correspondientes enderezarán su investigación para dar con el o los responsables. Qué necesidad llegar a esa situación, cuando para eso están los caminos del diálogo, del entendimiento, de la razón. Incluso, el propio usuario puede elevar su queja al más alto nivel si el servicio que recibe no es justo y responsable.
Lo triste de este asunto es que la gente, casi de manera normal es engañada por los líderes. Apuéstele usted que en este caso, el del Porvenir, los responsables materiales sólo fueron incitados, mientras los autores intelectuales, a lo mejor estaban durmiendo plácidamente en sus casas a la hora de los hechos, o cuando menos, escondidos bajo las sombras de la madrugada, por allí cerca.
Mientras tanto, el paquete muy posiblemente ha pasado a manos del propio gobierno estatal, ya que no puede haber este tipo de manifestaciones o de agresiones, en una entidad en donde el gobierno representado por Juan Sabines Guerrero, se empeña cada día en que sus habitantes lleven el ritmo de vida dentro de un clima de paz, de armonía, de trabajo, de prudencia, de tolerancia y de prosperidad.
Comentarios al correo: rosalino_ortiz@hotmail.com
Por Rosalino Ortiz
CAMINOS EQUIVOCADOS
La madrugada del pasado viernes la población de El Porvenir, en la Sierra del estado de Chiapas, fue “sede” de un hecho que a todas luces se salió de lo prudente y que se convirtió en un suceso que es penado por la ley: gente hasta el momento desconocida,  penetró a las oficinas de la agencia comercial de Comisión Federal de Electricidad y le prendió fuego, quemándose todo lo que había en su interior.
 Los responsables dejaron leyendas inscritas en las paredes y de acuerdo a ese sentir, todo hace suponer que quienes realizaron ese ataque fueron integrantes del Frente Regional de Resistencia contra las Privatizaciones, que siempre han mostrado su rechazo a distintas acciones del gobierno estatal y federal, o simplemente se trata de gente inconforme y que no está de acuerdo con la actuación de la paraestatal.
 Habría que ir paso por paso. Si bien es cierto que la gente -en este caso los usuarios- tiene todo el derecho de manifestarse contra la CFE, también hay que reconocer que para eso hay vías adecuadas o correctas, y no caer en actos vandálicos que sólo demuestran anarquía y lo que es peor, que han caído en un delito penado por el Código Penal, y que puede llevar a la cárcel a los responsables.
 El asunto de las tarifas ha sido el foco de las inconformidades o de las discusiones. Muchas personas creen que les cobran caro o que sus recibos llegan a sus hogares demasiado elevados. Puede ser, pero también habría que “desmenuzar” o reflexionar sobre qué es lo que sucede, ya que la CFE (y eso lo saben todos) no se manda sola, ya que cobra de acuerdo con las tarifas que tiene establecidas la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Ahora bien, hay que tomar en consideración que la facturas son emitidas de acuerdo a lo que consume cada usuario. Es decir, a mayor consumo, mayor cantidad a pagar. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que los programas de subsidio sólo protegen principalmente a quienes menos tienen, es decir, a los que consumen menos. El que consume más (o de más) es porque tiene recursos, tiene solvencia y eso mismo hace que pueda pagar sus recibos sin chistar.
Pero hay otro asunto en el que hay que reparar: el desperdicio o uso irracional del fluido eléctrico. Efectivamente, un alto porcentaje de consumidores desperdicia demasiado la energía eléctrica, y eso hace que se eleve su consumo y por consecuencia, tiene qué pagar más de lo que debería de ser. Cuántas casas tienen focos para iluminar el frente de las mismas, y resulta que son ya las 9:00 de la mañana o más, y todavía no apagan esos focos. Y eso es para citar un solo caso.
Asimismo, es normal que los aparatos de entretenimiento como son la televisión, el radio o el modular, los tienen encendidos y sin que alguna persona esté viéndolo o escuchándolo. Por eso, desde hace tiempo se echaron a andar programas de orientación y pláticas sobre cómo se puede y debe ahorrar energía eléctrica en los hogares, precisamente para que el usuario no consuma de más y que ese ahorro se vea reflejado en sus recibos.
Luego entonces, queda claro que no todo es culpa de la empresa en cuanto a los recibos demasiado elevados, sino muchas veces el propio usuario cae en manejos equivocados o inconvenientes por hacer mal uso del fluido eléctrico o por no entrar al hábito del ahorro de la energía en cada uno de sus hogares, y que cada familia lo debería de practicar o poner en marcha.
También es justo reconocer que a veces, una mala lectura del medidor, o una instalación que presenta fugas (fugas que no se ven), puede ser motivo de alteraciones o elevaciones en los costos de los recibos. Sin embargo, en estos casos, lo prudente es que el usuario se acerque a las oficinas de la CFE para solicitar una aclaración. Cuántos han sido los casos en que las instalaciones, por viejas u obsoletas, presentan fugas y el usuario ni se da por enterado.
En cuanto a los hechos vandálicos registrados el jueves en El Porvenir, a todas luces es punible y seguramente por eso las autoridades correspondientes enderezarán su investigación para dar con el o los responsables. Qué necesidad llegar a esa situación, cuando para eso están los caminos del diálogo, del entendimiento, de la razón. Incluso, el propio usuario puede elevar su queja al más alto nivel si el servicio que recibe no es justo y responsable.
Lo triste de este asunto es que la gente, casi de manera normal es engañada por los líderes. Apuéstele usted que en este caso, el del Porvenir, los responsables materiales sólo fueron incitados, mientras los autores intelectuales, a lo mejor estaban durmiendo plácidamente en sus casas a la hora de los hechos, o cuando menos, escondidos bajo las sombras de la madrugada, por allí cerca.
Mientras tanto, el paquete muy posiblemente ha pasado a manos del propio gobierno estatal, ya que no puede haber este tipo de manifestaciones o de agresiones, en una entidad en donde el gobierno representado por Juan Sabines Guerrero, se empeña cada día en que sus habitantes lleven el ritmo de vida dentro de un clima de paz, de armonía, de trabajo, de prudencia, de tolerancia y de prosperidad.
Comentarios al correo: rosalino_ortiz@hotmail.com
sábado, 12 de enero de 2008
PRIMERA FILA
 Por Rosalino Ortiz
CAMINOS EQUIVOCADOS
La madrugada del pasado viernes la población de El Porvenir, en la Sierra del estado de Chiapas, fue “sede” de un hecho que a todas luces se salió de lo prudente y que se convirtió en un suceso que es penado por la ley: gente hasta el momento desconocida,  penetró a las oficinas de la agencia comercial de Comisión Federal de Electricidad y le prendió fuego, quemándose todo lo que había en su interior.
 Los responsables dejaron leyendas inscritas en las paredes y de acuerdo a ese sentir, todo hace suponer que quienes realizaron ese ataque fueron integrantes del Frente Regional de Resistencia contra las Privatizaciones, que siempre han mostrado su rechazo a distintas acciones del gobierno estatal y federal, o simplemente se trata de gente inconforme y que no está de acuerdo con la actuación de la paraestatal.
 Habría que ir paso por paso. Si bien es cierto que la gente -en este caso los usuarios- tiene todo el derecho de manifestarse contra la CFE, también hay que reconocer que para eso hay vías adecuadas o correctas, y no caer en actos vandálicos que sólo demuestran anarquía y lo que es peor, que han caído en un delito penado por el Código Penal, y que puede llevar a la cárcel a los responsables.
 El asunto de las tarifas ha sido el foco de las inconformidades o de las discusiones. Muchas personas creen que les cobran caro o que sus recibos llegan a sus hogares demasiado elevados. Puede ser, pero también habría que “desmenuzar” o reflexionar sobre qué es lo que sucede, ya que la CFE (y eso lo saben todos) no se manda sola, ya que cobra de acuerdo con las tarifas que tiene establecidas la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Ahora bien, hay que tomar en consideración que la facturas son emitidas de acuerdo a lo que consume cada usuario. Es decir, a mayor consumo, mayor cantidad a pagar. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que los programas de subsidio sólo protegen principalmente a quienes menos tienen, es decir, a los que consumen menos. El que consume más (o de más) es porque tiene recursos, tiene solvencia y eso mismo hace que pueda pagar sus recibos sin chistar.
Pero hay otro asunto en el que hay que reparar: el desperdicio o uso irracional del fluido eléctrico. Efectivamente, un alto porcentaje de consumidores desperdicia demasiado la energía eléctrica, y eso hace que se eleve su consumo y por consecuencia, tiene qué pagar más de lo que debería de ser. Cuántas casas tienen focos para iluminar el frente de las mismas, y resulta que son ya las 9:00 de la mañana o más, y todavía no apagan esos focos. Y eso es para citar un solo caso.
Asimismo, es normal que los aparatos de entretenimiento como son la televisión, el radio o el modular, los tienen encendidos y sin que alguna persona esté viéndolo o escuchándolo. Por eso, desde hace tiempo se echaron a andar programas de orientación y pláticas sobre cómo se puede y debe ahorrar energía eléctrica en los hogares, precisamente para que el usuario no consuma de más y que ese ahorro se vea reflejado en sus recibos.
Luego entonces, queda claro que no todo es culpa de la empresa en cuanto a los recibos demasiado elevados, sino muchas veces el propio usuario cae en manejos equivocados o inconvenientes por hacer mal uso del fluido eléctrico o por no entrar al hábito del ahorro de la energía en cada uno de sus hogares, y que cada familia lo debería de practicar o poner en marcha.
También es justo reconocer que a veces, una mala lectura del medidor, o una instalación que presenta fugas (fugas que no se ven), puede ser motivo de alteraciones o elevaciones en los costos de los recibos. Sin embargo, en estos casos, lo prudente es que el usuario se acerque a las oficinas de la CFE para solicitar una aclaración. Cuántos han sido los casos en que las instalaciones, por viejas u obsoletas, presentan fugas y el usuario ni se da por enterado.
En cuanto a los hechos vandálicos registrados el jueves en El Porvenir, a todas luces es punible y seguramente por eso las autoridades correspondientes enderezarán su investigación para dar con el o los responsables. Qué necesidad llegar a esa situación, cuando para eso están los caminos del diálogo, del entendimiento, de la razón. Incluso, el propio usuario puede elevar su queja al más alto nivel si el servicio que recibe no es justo y responsable.
Lo triste de este asunto es que la gente, casi de manera normal es engañada por los líderes. Apuéstele usted que en este caso, el del Porvenir, los responsables materiales sólo fueron incitados, mientras los autores intelectuales, a lo mejor estaban durmiendo plácidamente en sus casas a la hora de los hechos, o cuando menos, escondidos bajo las sombras de la madrugada, por allí cerca.
Mientras tanto, el paquete muy posiblemente ha pasado a manos del propio gobierno estatal, ya que no puede haber este tipo de manifestaciones o de agresiones, en una entidad en donde el gobierno representado por Juan Sabines Guerrero, se empeña cada día en que sus habitantes lleven el ritmo de vida dentro de un clima de paz, de armonía, de trabajo, de prudencia, de tolerancia y de prosperidad.
Comentarios al correo: rosalino_ortiz@hotmail.com
Por Rosalino Ortiz
CAMINOS EQUIVOCADOS
La madrugada del pasado viernes la población de El Porvenir, en la Sierra del estado de Chiapas, fue “sede” de un hecho que a todas luces se salió de lo prudente y que se convirtió en un suceso que es penado por la ley: gente hasta el momento desconocida,  penetró a las oficinas de la agencia comercial de Comisión Federal de Electricidad y le prendió fuego, quemándose todo lo que había en su interior.
 Los responsables dejaron leyendas inscritas en las paredes y de acuerdo a ese sentir, todo hace suponer que quienes realizaron ese ataque fueron integrantes del Frente Regional de Resistencia contra las Privatizaciones, que siempre han mostrado su rechazo a distintas acciones del gobierno estatal y federal, o simplemente se trata de gente inconforme y que no está de acuerdo con la actuación de la paraestatal.
 Habría que ir paso por paso. Si bien es cierto que la gente -en este caso los usuarios- tiene todo el derecho de manifestarse contra la CFE, también hay que reconocer que para eso hay vías adecuadas o correctas, y no caer en actos vandálicos que sólo demuestran anarquía y lo que es peor, que han caído en un delito penado por el Código Penal, y que puede llevar a la cárcel a los responsables.
 El asunto de las tarifas ha sido el foco de las inconformidades o de las discusiones. Muchas personas creen que les cobran caro o que sus recibos llegan a sus hogares demasiado elevados. Puede ser, pero también habría que “desmenuzar” o reflexionar sobre qué es lo que sucede, ya que la CFE (y eso lo saben todos) no se manda sola, ya que cobra de acuerdo con las tarifas que tiene establecidas la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Ahora bien, hay que tomar en consideración que la facturas son emitidas de acuerdo a lo que consume cada usuario. Es decir, a mayor consumo, mayor cantidad a pagar. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que los programas de subsidio sólo protegen principalmente a quienes menos tienen, es decir, a los que consumen menos. El que consume más (o de más) es porque tiene recursos, tiene solvencia y eso mismo hace que pueda pagar sus recibos sin chistar.
Pero hay otro asunto en el que hay que reparar: el desperdicio o uso irracional del fluido eléctrico. Efectivamente, un alto porcentaje de consumidores desperdicia demasiado la energía eléctrica, y eso hace que se eleve su consumo y por consecuencia, tiene qué pagar más de lo que debería de ser. Cuántas casas tienen focos para iluminar el frente de las mismas, y resulta que son ya las 9:00 de la mañana o más, y todavía no apagan esos focos. Y eso es para citar un solo caso.
Asimismo, es normal que los aparatos de entretenimiento como son la televisión, el radio o el modular, los tienen encendidos y sin que alguna persona esté viéndolo o escuchándolo. Por eso, desde hace tiempo se echaron a andar programas de orientación y pláticas sobre cómo se puede y debe ahorrar energía eléctrica en los hogares, precisamente para que el usuario no consuma de más y que ese ahorro se vea reflejado en sus recibos.
Luego entonces, queda claro que no todo es culpa de la empresa en cuanto a los recibos demasiado elevados, sino muchas veces el propio usuario cae en manejos equivocados o inconvenientes por hacer mal uso del fluido eléctrico o por no entrar al hábito del ahorro de la energía en cada uno de sus hogares, y que cada familia lo debería de practicar o poner en marcha.
También es justo reconocer que a veces, una mala lectura del medidor, o una instalación que presenta fugas (fugas que no se ven), puede ser motivo de alteraciones o elevaciones en los costos de los recibos. Sin embargo, en estos casos, lo prudente es que el usuario se acerque a las oficinas de la CFE para solicitar una aclaración. Cuántos han sido los casos en que las instalaciones, por viejas u obsoletas, presentan fugas y el usuario ni se da por enterado.
En cuanto a los hechos vandálicos registrados el jueves en El Porvenir, a todas luces es punible y seguramente por eso las autoridades correspondientes enderezarán su investigación para dar con el o los responsables. Qué necesidad llegar a esa situación, cuando para eso están los caminos del diálogo, del entendimiento, de la razón. Incluso, el propio usuario puede elevar su queja al más alto nivel si el servicio que recibe no es justo y responsable.
Lo triste de este asunto es que la gente, casi de manera normal es engañada por los líderes. Apuéstele usted que en este caso, el del Porvenir, los responsables materiales sólo fueron incitados, mientras los autores intelectuales, a lo mejor estaban durmiendo plácidamente en sus casas a la hora de los hechos, o cuando menos, escondidos bajo las sombras de la madrugada, por allí cerca.
Mientras tanto, el paquete muy posiblemente ha pasado a manos del propio gobierno estatal, ya que no puede haber este tipo de manifestaciones o de agresiones, en una entidad en donde el gobierno representado por Juan Sabines Guerrero, se empeña cada día en que sus habitantes lleven el ritmo de vida dentro de un clima de paz, de armonía, de trabajo, de prudencia, de tolerancia y de prosperidad.
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